lunes, 16 de mayo de 2011

Una idea injusta vetada por su “desmesura”

Mar del Plata, 13 de mayo de 2011

El 15 de octubre del año pasado la movilidad jubilatoria asociada al Salario Mínimo Vital y Móvil, aprobada por el Congreso de la Nación fue vetada por la Presidenta de la República, con el argumento de que su aplicación quebraría al ANSES y al Estado.

El veto presidencial le dio muerte, con un argumento falaz, a una iniciativa de naturaleza injusta y desconsiderada.

La quiebra del ANSES y del Estado, de producirse, no sería por el pago de jubilaciones de valor escaso y naturaleza indigna, estaría mas relacionada a la reducción de los aportes patronales, con la entrega inconsulta y permanente de de nuestro petróleo, y nuestro gas y la consecuente pérdida de la renta energética, con el mantenimiento de ciento de miles de trabajadores mal encuadrados convencionalmente, cobrando salarios muy inferiores a los que les corresponden por convenio colectivo y haciendo aportes jubilatorios insignificantes; por la falta de una ley minera que defienda los intereses del Pueblo Argentino, que sufre el saqueo diario de sus minerales, y la evasión fiscal permanente; por la falta de control de la pesca en nuestros mares por y la corrupción asociada a esta situación; por las redes de coimas, tipo Skanka, que encarecen la obra pública en beneficio de misteriosos recaudadores; o por el pago de departamentos, yates o aviones que funcionarios como Ricardo Jaime consumen con voracidad.

El jubilado no puede quebrar las cuentas de su país, porque con su trabajo colaboró en su construcción y siempre, en este sistema ladrón de plusvalías, le han pagado barato su esfuerzo.

El argumento falaz surge además de alguien que con un patrimonio millonario, no va a depender de la jubilación mínima para vivir.

Pero no se trata tampoco de defender la ley vetada. Antes del veto, los legisladores, tampoco habían jugado para los jubilados y el gran logro había sido un haber mínimo, que niega su carrera laboral y el aporte de conocimientos y experiencias logrados durante toda una vida laboral. Hablamos de millones de trabajadores que aportaron como mínimo treinta años de su vida, aprendiendo y enseñando, superando las habilidades colectivas y construyendo la industria, los oficios y la cultura del pueblo.

El haber jubilatorio no tiene un criterio definitivo para establecer su valor.

La falta de una paritaria previsional, condena a los jubilados a salarios basados en criterios de caja, (se paga de acuerdo a lo que se recauda) o a razonamientos de equidad basados en absurdos, como es el caso de querer abonar un haber previsional calculado a partir del 82% del Salario Mínimo Vital y Móvil.

Cuando esta ocurrencia se expone sin considerarla en profundidad, hasta puede ser que supere una primera instancia de análisis sobre su razonabilidad.

Pero cuando analizamos detenidamente el criterio, no podemos dejar de notar que el Salario Mínimo Vital y Móvil es el salario inicial de casi todos los trabajadores.

Es el salario que se gana al inicio de la vida laboral, cuando todavía hay mas por aprender que por enseñar y cuando las habilidades profesionales comienzan recién a nutrirse de experiencia.

Es el paso del tiempo, la toma de experiencia y el crecimiento de la confianza, la que hace a la carrera laboral y a la mejora salarial.

Aquellos que se iniciaron en oficios protegidos por convenios colectivos de trabajo, ganaron más que el salario mínimo desde el primer día y en la mayoría de los casos el salario minino es un recuerdo de las primeras etapas de trabajo.

Pretender hacer un cálculo de habares jubilatorios, sobre la base de una parte de lo que se ganaría si se retrocediera en el tiempo treinta años, es una burla y una falta de respeto a todos los hombres y mujeres que se han ganado la vida con honestidad.

Argumentar que ya no existe carrera laboral, que las tercerizaciones encubren el oficio, que los derechos laborales y la mejora de salarios encarecen la economía o vuelven poco competitivos a nuestros productos, que en una economía basada en la venta de materia primas no se pueden sostener jubilados con haberes dignos, solo indica falta de compromiso e intereses ajenos a los de los trabajadores.

En un país donde los más pobres tardan 16 años en igualar los ingresos de una año de los más ricos, es posible contar con una jubilación que refleje el 82% del salario del trabajador en actividad con igual categoría al del jubilado, sin que se quiebre el Anses y el Estado.

Gabriel Martínez

Sec. de Organización

de FeTERA



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