martes, 18 de octubre de 2011

¿Un Plan de Desarrollo Nuclear o Un Plan de Instalación de Centrales?

Junta Interna de ATE-CNEA*

Ante la inminente toma de decisiones respecto de la cuarta central, ratificamos lo expresado en el documento del bicentenario “Un balance necesario a los 60 años de  CNEA”  y llamamos a movilizarnos para imponer el amplio debate nacional allí exigido, rechazando las decisiones de apuro impulsadas por las autoridades.

Es evidente que la política del gobierno nos encamina a una decisión que va a consolidar la dispersión y dependencia tecnológica al comprar una central de Tecnología nueva para el país y que será una vez más un prototipo sin antecedentes operativos en el mundo.

La falta de un plan que contemple y garantice la preservación de recursos naturales y la provisión de energía para las futuras generaciones que habiten la Argentina, así como la historia del desarrollo nuclear y las capacidades tecnológicas disponibles en el país nos muestran que otro deberíua ser el camino a tomar.

ANTECEDENTES

El desarrollo nuclear en la Argentina, centralizado en la CNEA desde su creación, ha llevado al diseño, construcción y operación de las Centrales de investigación que funcionan en el país y a su exportación a diversos países, incluso algunos de alto desarrollo tecnológico y económico. Cuando a principios de los 79 se decidió la instalación de centrales de potencia para generación nucleoeléctrica, se optó por el diseño de SIEMENS en la línea de uranio natural/agua pesada de entre las varias ofertas presentadas entonces.

Con la experiencia de la opearción CN Atucha 1, de recipiente de presión, el desarrollo de la capacidad de fabricación de los elementos combustibles y la capacidad adquirida por las empresas nacionales, para la instalación de la 2da. Central se optó por el diseño canadiense de tubos de presión (CANDU, manteniendo la línea U natural-agua pesada). Esto permitió el aumento de la participación del personal de la CNEA a través de la creación del Organismo Inspector y el Convenio de Transferencia de Tecnología firmado con el proveedor AECL de Canadá.

La siguiente decisión -tomada en la época de la expansión acelerada de la deuda externa nacional, concretada en el decreto 302/79- determinó que la Argentina comprara a SIEMENS-KWU Alemania cuatro nuevas Centrales de igual diseño que CNA 1, que debería entrar en funcionamiento en el año 2000. Se separó de la estructura de la CNEA a sus áreas de ingeniería creando una nueva empresa, ENACE, que originó una larga discusión entre las alternativas de ser una Sociedad del Estado o una S.A.  Al final se decidió por una S.A. con participación mayoritaria del Estado Nacional (75% de las acciones de la CNEA y  25% de SIEMENS-KWU), donde las decisiones técnicas quedaban en manos del socio minoritario por ser quien daba las garantías. Esto llevó a una participación nacional en áreas secundarias y en menor cantidad que si se hubiese continuado con la opción de la Tecnología de tubos de presión de la cual CNEA contaba con la licencia).

En plena construcción de la CNA 2 se suspendieron las obras hasta que el gobierno nacional decidió retomarlas en el 2006.

Esta historia del desarrollo nuclear en la Argentina tuvo hitos de participación del personal en la toma de decisiones fundamentales. Una de las primeras y más trascendentes fue en el año 1972, cuando la Asoc. de Profesionales de la CNEA (APCNEA), publicó el documento  “La APCNEA y la política nuclear Argentina”, conclusión de un estudio encarado por una subcomisión creada al efecto. Entre otras cosas se concluye que “los reactores de U natural-agua pesada pueden integrar completamente su ciclo de combustible en el país”, contrariamente a los de U enriquecido y agua liviana. Esta intervención del personal, en ese entonces a través de un desarrollo autónomo en el área nuclear.

En noviembre de 1985, la Dirección de Centrales Nucleares de la CNEA publicó el resultado de un “Estudio de la primera etapa Cuarta Cental Nuclear”, que se encaró con el objeto de “determinar las capacidades locales para diseñar y construir una central nuclear con reactor CANDU de 60 MW similar a la CNE, identificar las limitaciones que existen a efectos de lograr la mayor participación nacional posible y conveniente y, una vez conocidas dichas limitaciones, proponer opciones para resolverlas”. En el capítulo referido a la Organización del estudio, se menciona que este “fue realizado por un grupo de profesionales de la CNEA y contó con el asesoramiento de empresas, asociaciones técnicas e institutos, organizados en grupos según las disciplinas”. Este estudio comenzó a finales del año 1982 y se prolongó hasta mediados de 1984.

En el capítulo de las Conclusiones, se mencioná:

“1. DE INGENIERÍA: Del estudio de factibilidad efectuado, surge que es posible realizar el diseño de una Central similar a la CNE”.

“2. PARA LA FABRICACIÓN: Del estudio de factibilidad realizado por los fabricantes, surge la posibilidad de obtener un marcado incremento de los suministros locales con respecto a la participación habida en la CNE”.

“3. PARA LA CONSTRUCCIÓN Y MONTAJE: En virtud de la activa participación de la CNEA y de las empresas nacionales en la construcción y el montaje de la CNE,  se ha capitalizado una importante experiencia sobre el tema. De aquí surge la posibilidad de un marcado incremento en materia de participación para la CN IV, lo que permite afirmar que la construcción y montaje se podrán realizar con empresas locales y, en temas puntuales, requerirse asistencia externa”.

“4. PARA PUESTA EN SERVICIIO: La puesta en marcha de la CNE, que cubre una de las etapas más significativas del proyecto, dejó una importante y útil experiencia para la futura operación de la Central, así como para el diseño, construcción y puesta en marcha de una Central similar a la CNE. Sobre la base se puede afirmar que la CNEA estaría en condiciones de encarar la puesta en marcha de una Central CANDU 600 con un mínimo de asistencia externa”.

SITUACION ACTUAL Y PERSPECTIVAS

Llegada la hora de decidir sobre la CN IV, nos encontramos nuevamente con las dispersión de los cuadros técnicos que deberán encarar el tema y con una política nacional y de CNEA que elude ir a fondo con el impulso del desarrollo tecnológico nacional acorde con el grado de experiencia y capacidad técnica acumulada en estos 60 años de actividad nuclear en Argentina.

Se nos informa de la existencia de un grupo que antes del fin del presente año, elevará al PEN una propuesta sobre la variante más conveniente. Este grupo representa principalmente a la empresa operadora de las actuales y futuras centrales nucleares y, dada la situación poco clara del diseñador de las centrales CANDU, hace pensar que tomará la decisión en base a la mejor oferta internacional basada en el modelo, el diseño probado, la participación en el proyecto, el mejor financiamiento y un criterio no definido de transferencia de Tecnología que suen má un buen servicio post-venta.

Paralelamente la División de Prospectiva de la CNEA afirma que “antes de fin de año el Gobierno proyecta preadjudicar la construcción de una cuarta CN de tercera generación, lo que implicaría incursionar en el mundo del Uranio enriquecido.” (Notinuc: Noticias nucleares, año 1 N 11-15/11-26/11 de 2010)

Frente a esta situación los Trabajadores de la CNEA  nos preguntamos:

¿Se van a invertir millones de dólares en una central nuclear prototipo de tecnología nueva para el país para aumentar el aporte nucleoeléctrico dentro de no menos de tres años?

¿No será conveniente  insistir en la copia y la provisión de una central de agua pesada-uranio natural, con tubos de presión, a menor costo e incrementar la inversión en el proyecto CAREM, proyecto nacional llevado adelante por CNEA?

¿En qué quedo el desarrollo propio?

Después de la experiencia en la construcción y operacioón de tantos años, ¿volvemos a comprar según las premisas de los vendedores internacionales?

Si la fuerza impulsora de la urgencia en la decisión de la compra es abastecer de otra gran obra de montaje a ciertas empresas, ¿no seguimos consolidando el esquema de promover negocios para la industria privada reduciendo la actividad de la CNEA a  tareas periféricas?

CONCLUSIONES

Con la compra de una central de tecnología nueva para el país, que involucra el cambio de tipo de ciclo combustible según las necesidades de los vendedores, se afianza el cepo de la dependencia tecnológica de nuestro país y se sigue consolidadndo a la CNEA como vehículo y promotor para los negocios de las grandes empresas nacionales y extranjeras que cargan los costos al estado y se llevan los beneficios de la inversión que hemos realizado todos los argentinos.

Para optar por un verdadero Plan de desarrollo nuclear independiente, integrado con recuperación del patrimonio nacional y de nuestros recursos naturales habrá que reunificar la capacidad de diseño propio que fue desmembrada en la época de las privatizaciones para poder definir así la política nuclear más conveniente.

Como consecuencia, reafirmamos lo dicho en el documento elaborado anteriormente “Un  balance necesario a los 60 años de la CNEA”, donde impulsamos que:

La actividad nuclear sea llevada adelante por el Estado Argentino con un claro proyecto de impulsar y fomentar el desarrollo tecnológico nuclear independiente.

Que la CNEA encabece y dirija ese plan nueclear argentino, fruto del debate profundo antes exigido. Para eso la CNEA deberá modificarse y democratizarse, incluyendo la participación de los trabajadores en el contralor de todas las actividades, para garantizar la transparencia de los actos y el firme apego a la política nuclear surgida del debate anterior.

Impulsar una Ley Nuclear que contenga los resultados del debate y asuma que no es lo mismo un plan de auténtico desarrollo que uno de simple instalación de centrales nucleares.

Sólo a algunos intereses les conviene convertir una Institución que desarrolla y elabora Tecnología al servicio de las necesidades del pueblo, en una Argentina Sociedad Anónima.

Documento elaborado bajo iniciativa de trabajadores de la CNEA
* Publicado en la edición de la Revista Masa Crítica de Septiembre de 2011// Número: 01

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